ella no creía en los finales felices, pero quería que le demostraran que estaba equivocada

Azul.

Azul. Ese era su nombre. No Violeta, ni Celeste. Azul.
Azul como el mar.
Azul, que no le tenía miedo a nada y que era la heroína secreta de todos los cuentos de hadas.
El viento jugaba cariñosamente con sus cabellos mientras las olas hacían contacto con las rocas, produciendo un grave estruendo.
Ella sonreía, las aves se detenían a observarla y las sirenas estaban celosas de su sonrisa.
Azul, como ese mechón de cabellos rebelde.
Azul, como el traje de baño que llevaba.
Azul, como sus ojos. De un azul oscuro, casi negro, intenso.
Ella, que atraía miradas y les robaba el corazón a las personas que la veían.
Y él, que simplemente a verla quedó flechado, porque al momento de cruzar sus ojos con los de ella se percató de la verdad, de que el amor no era rojo y pasional como todos lo pintaban, sino azul, como esa chica que con una sonrisa, le había robado el corazón.

3 comentarios:

  1. Guau *.* Azul, azul me has dado otra perspectiva. Me gusta si si. Gracias por la suscripción =)

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    1. Un texto genial, una historia preciosa, me encanta la magia que le das a tus textos.
      Te sigo desde ya :)
      Un besito

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  2. Me encantó por dos razones. Porque escribes realmente hermoso y porque el azul es mi color favorito. Cada vez que leía azul sentía que me ibas hechizando con tu historia.
    Voy a seguirte y me veras seguido por acá leyendo :)

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