ella no creía en los finales felices, pero quería que le demostraran que estaba equivocada

Triste maldición.

La vida es como coger con un desconocido (repetidas veces). Al principio te parece intrigante y sexy, durante el acto es increíble, lo mejor que te ha pasado (aunque hay ratos de miedo y oscuridad) y al final… ¡Oh! el final… es como un balde de agua fría, algo para despertarte y que te des cuenta de que solo fue una noche y una acción tonta, que podrías tener mil enfermedades o incluso un bebé en camino. Maldita y malditos nosotros, esos ciegos que ven lo que quieren ver nada más y no lo que hay detrás.
Y lo peor es que nunca vuelves a ver al tipo, desaparece, como esos efímeros instantes de paz y felicidad que te hizo tener al sentirlo dentro. Que ironía, sentirse incompleta cuando sale.
¡Oh vida! Triste maldición. Nos engaña y cautiva con su belleza, pero nunca nos muestra ese oscuro lado suyo al que todos temen… y luego se preguntan, ¿por qué tantos abandonan el mundo voluntariamente? A veces creo que ellos son los valientes y nosotros, los cobardes.

2 comentarios:

  1. Yo antes tambien los veía como cobardes, ahora los veo como una persona que, para bien o para mal, supo escoger su camino y defenderlo hasta el final.

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  2. No me puedo creer que con este texto tan precioso solo tenga un comentario, a mi me ha gustado bastante.
    Se te quiere y esas cosas

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Si dejas un comentario me empaparás de la lluvia de la felicidad.