Solo prométeme que no me dejarás sola.

–Te amo. Te necesito –susurró.
–Heather, yo… –no sabía que decir, estaba confundido por lo que le había confesado.
–Lo sé, se que no me amas, que no me ves de esa manera, que tienes una novia que amas con todo tu corazón, pero estas últimas semanas me he dado cuenta de que siento por ti más de lo que he sentido por cualquier persona y no podía callármelo, simplemente no podía, es un juramento que hice conmigo misma.
–Lo siento.
–No te disculpes Jon, se que tal vez no volvamos a ser amigos, ni me vuelvas a mirar sin sentirte incómodo, lo sé, pero tampoco podía soportar que me vieras como me ves, sin saber.
Él desvío la mirada.
–¡Oh Jon! La vida es tan dura y difícil conmigo, ya no sé que hacer. Y simplemente… tenía que decirte.
–Esta bien Heather, solo que me haces sentir culpable.
–¿Por qué?
–Por no poder corresponderte.
Esas palabras rompieron el corazón de Heather en mil pedazos, pero no dijo nada, fue fuerte y lo miró a los ojos.
–Entonces solo prométeme algo.
–¿Qué?
–En este momento estoy rota, y no es solo por lo de nosotros, hay muchas cosas en mi vida que están pasando en este momento. Solo prométeme que no me dejarás sola, aunque me mires como una amiga, es solo que no puedo perderte en este momento.
–Te lo prometo, Heather, cuidaré de ti.
Heather sonrió y lo abrazó. No pudo evitar que las lágrimas corrieran por su rostro, estaba sola y no podía cambiar eso, además de que en ese mismo momento, su mejor amigo estaba muriendo en el hospital.