ella no creía en los finales felices, pero quería que le demostraran que estaba equivocada

Restos de ilusiones vacías.

Se conocieron en un día soleado de verano, con helados de frambuesa.
Salieron en tardes magníficas con atardeceres de otoño, llenos de hojas secas que crujían bajo sus pies traviesos que querían abarcarlo todo.
Los chocolates calientes en tazas de porcelana y las tardes llenas de películas abundaron esos meses.
Se quisieron con globos y peluches, en una feria colorida comiendo pretzels y tomando coca cola. Gritaron en las montañas rusas y se besaron en la noria.
Se enamoraron entre besos y abrazos, sonrisas y mordiscos. Sus manos atrevidas siempre buscaban un poco más.
Fueron los mejores meses de la vida de ambos. Llenos de ilusiones y alegrías, de la magia del primer amor correspondido.
Pero llegó la tempestad y ninguno supo como protegerse de los fuertes vientos huracanados que parecían destinados a separarlos, cada uno corrió por su lado a buscar refugio en vez de no separarse y buscar un lugar seguro juntos.
Entonces la magia se rompió.
Y él la dejó ir, la dejó ir como un beso abandonado en los restos de una taza de porcelana, ahora vacía.

2 comentarios:

  1. Demasiado bonito como para durar eternamente... Por desgracia.

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  2. Es la perfecta descripción de lo que pasa anteriormente al caos que a uno lo destruye.

    Gracias por tu comentario, me encanta tu blog

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Si dejas un comentario me empaparás de la lluvia de la felicidad.