ella no creía en los finales felices, pero quería que le demostraran que estaba equivocada

Efímeros instantes de paz.

Ella sonríe, todo es perfecto.
Se ve al espejo, le gusta ser ella, su sonrisa, su cabello, su cuerpo, sus ojos, es perfecta.
Camina y se siente llena de gozo y alegría, energía lista para ser utilizada en sacar algunas sonrisas.
Pero ellos suceden. Ellos con sus horribles críticas y sus miradas que lo dicen todo, ellos que ni se le acercan o parecen haberla olvidado, ellos que solo le hablan porque la necesitan o la quieren criticar, ellos que la rompen y la arruinan poco a poco.
Regresa a casa, solo para encontrarse con criticas peores, finge ignorarlas, les contesta con veneno y se encierra en su cuarto. Sola, sin sonrisa, con lágrimas… empieza a pensar que no es bonita, que no sirve para nada, que todo en ella es horrible. No tiene a nadie a quien hablarle porque sus amigos no entenderían y el que si, esta enojado con ella por quien sabe que cosa de su orgullo. Esta perdida, esta rota.
Pone una canción triste y cierra los ojos dejando su mente volar, dejando a sus lágrimas huir… y es entonces cuando los siente, esos efímeros instantes de paz, esos segundos donde todo parece fácil y hermoso, feliz y simple. Todo vuelve a ser bueno, alegre.
Pero entonces escucha como su madre toca la puerta y le recuerda que tiene cosas que hacer y que no se vaya a quedar dormida, ve los libros esparcidos en su cama y recuerda todos los proyectos para mañana y las palabras dichas ese día. Vuelve a odiar su vida y se da cuenta, se da cuenta de que esos instantes son una maldición, un truco para hacerte creer que todo esta bien cuando es obvio que no lo está, que el mundo es una mierda y solo te engaña un poco para que sigas en él.
Harta de todo, va a la cocina y toma un frasco de pastillas para dormir, de esas que usa en sus noches de insomnio. Esa noche se toma todas, escribe algo importante por cada una de ellas. Veintitrés. Veintitrés secretos para el mundo.
No debería decirles ninguno, pero les revelaré lo último que escribió.

[Veintrés. Para esos efímeros instantes de paz, para que el efímero desaparezca e instantes se convierta en eternidad. Todos queremos eso. Es fácil hacerlo, hazlo y seguro nos veremos pronto. Por esos efímeros instantes de paz que terminarán, por esos que ahora serán eternos, inmortales. ¿Eres lo suficientemente valiente para unirte?]

2 comentarios:

  1. Me ha impactado este texto de verdad, es como si se hubiera metido debajo de mi piel... llevo un par de días así, con montañas rusas que suben y bajan, y suben un poquito y descienden el doble de rápido. Y estas mal, y luego crees que todo se ha arreglado un poquito, o al momento te das cuenta de que no, de que es mucho peor de lo que imaginabas, de que no va a ningun lado, que no se puede, que no puedes, que no, que se acaba, y entonces bajas más y piensas en cosas descomunales.
    Y mientras estas sumida en pensamientos, en música o en libros, dices: "bueno, así es sooportable" pero el problema está en que no todo el tiempo es así, en que en algun momento tendrás que pasar de canción, cerrar el libro o dejar de pensar. Y llega otra vez la monotonía y te ahogas...

    Siento la extensión, pero es que de verdad, me siento taaan identificada.
    Mucho ánimo, que supongo que entre nosotros es lo poco que nos queda.

    ResponderEliminar
  2. Por eso creo que es mejor no vivir, no me refiero a morir, me refiero a dejar todo como esta y dedicarse solamente a respirar hasta que algun dia se agote el oxigeno xD

    gracias por comentar mi blog

    ResponderEliminar

Si dejas un comentario me empaparás de la lluvia de la felicidad.