Y duele. Y te destroza.

Y duele. Y te destroza.
Sabes que no puedes confiar en nadie y aún así le abres tu corazón a las personas que más pueden lastimarte. Les das el poder para romperte y lo hacen.
Y duele. Y te destroza.
Porque sabes que nada volverá a ser como antes. Porque sabes que no podrás confiar de nuevo. Porque sabes que amar será más difícil y dolerá con el alma.
Y duele. Y te destroza.
Y quieres huir, y quieres abandonarlo todo y fingir ser alguien más. Quieres agradarle a desconocidos y seducir extraños. Sabes que no es lo mismo pero lo haces todo para sentir algo.
Y duele. Y te destroza.
Porque ese miedo de no poder confiar en nadie te petrifica el corazón, lo congela. Y lloras y no puedes respirar pero no sientes nada. Las lágrimas fluyen pero el corazón ya no palpita, ya no siente el dolor porque se ha vuelto inmune.
Y te das cuenta de que esta sola. Y siempre lo estarás.
Y quieres agradarles a todos porque tal vez si a ellos les gustas puedes que llegues a gustarte a ti misma.