ella no creía en los finales felices, pero quería que le demostraran que estaba equivocada

Nacen del dolor.

Tal vez todos los artistas eran así por la represión de sus padres y la gente alrededor de ellos. Mentes incomprendidas por la sociedad, voluntad de crear y querer explotar en una representación creativa.
Al menos eso me decía cuando mis padres me negaban por tercera vez el permiso de salir a ver a mi mejor amigo. Razones aparte, no lo volvería a ver en dos meses o más y aún así me negaban la libertad que casi podía sentir en mis manos.
Me tragué mis comentarios sarcásticos y me encerré en mi habitación. Los golpes alejaban las lágrimas y las mordidas escondían el temblor que tanto odiaba de mi voz frustrada. No podía salir, no podía hablar con nadie puesto que nadie me entendería y no podía ahogar mis penas en vicios mortales.
Hice lo único que me quedaba por hacer: pintar, escribir, perder mi mente en matices de colores y acomodación de letras.
Hace unos años solía leer cuando esto pasaba, los libros me entendían y no me preocupaba que los personajes no fueran reales. Después de un tiempo mi vida se volvió más interesante que un libro y los dejé.
Cuando mi vida parecía caerse en pedazos lo único que me ayudaba era la música, la letra de las canciones que escuchaba pacerá sacada de mi diario y aún así… no fue suficiente.
Con el alcohol y tabaco prohibidos, mis amigos alejados y mi mente eclipsada estuve cerca de tirarme por el precipicio mental y perder la cordura.
Hasta que llegó el arte. Sin saber que hacía, tome los pinceles y expresé mi furia, enojo, frustración y tristeza en trazos fuertes. Cuando mi respiración se calmó pude notar el talento en el lienzo y la calma que ahora habitaba en mi cuerpo: había encontrado a mi musa.
Y entonces no solo lo supe, sino que lo sentí en lo más profundo de mi ser. La revelación más grande y triste de la historia. Un secreto que solo podía saber si había experimentado todo en carne propia.
Los artistan nacen del dolor, la furia y la miseria. Los verdaderos artistas, los que pueden expresar sensaciones con sus obras, nacían de la basura que les lanzaba la sociedad, de la represión y el odio.

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