Esa sonrisa suya que guarda mil y un secretos.
Lo impredecible.
Las aventuras de todos los días.
Extrañarlo cada momento que no esta conmigo.
Son sus hoyuelos.
Y su cabello despeinado.
Su imperfección.
Y su perfección.
Sus palabras.
Pero más sus acciones.
Son partes de él.
Y todo él.
Era el "te quiero" que yo susurraba cuando él ya estaba dormido.
El "no te vayas" cuando decía que tenía que irse, pero volvería.
El "adonde quieras mientras sea contigo" cuando preguntaba por nuevas aventuras.
Son sus abrazos.
Que nunca me suelte.
Y su manera de mirarme.
Que nunca deje de quererme.
Son sus caricias.
Que nunca se vaya.
Su corazón que late a mi ritmo, a mil por hora.
Y su respiración.
Es su manera de ser romántico sin querer.
Es la promesa en su labios.
No una promesa de por siempre.
Una que dice "lo que dure, pero que sea bueno".
No sé cuanto dure.
No sé que pasará.
Pero lo que duré,
lo que pase,
que sea bueno.
(que sea lo mejor)
Me encanto.
ResponderEliminarMe gustó mucho. Y pues es cierto, que dure lo que dure, y será bueno, siempre es bueno.
ResponderEliminarUn beso, bonita :)
Hermoso :)
ResponderEliminarNo debes pensar que va a tener un final, tú limítate a disfrutar.
Un beso.